Inicio Tratamientos Neurológicos Demencia

Demencia

¿QUÉ ES LA DEMENCIA?

La Demencia es una pérdida de la función cerebral que ocurre con ciertas enfermedades y afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento.

CAUSAS DE LA DEMENCIA

La mayoría de los tipos de demencia son irreversibles (degenerativos). Irreversible significa que los cambios en el cerebro que están causando la demencia no pueden detenerse ni devolverse. El mal de Alzheimer es el tipo más común de demencia.

La demencia también puede deberse a muchos accidentes cerebrovasculares pequeños, lo cual se denomina demencia vascular.

Las siguientes afecciones médicas también pueden llevar a la demencia:
  • Parkinson
  • Esclerosis múltiple
  • Enfermedad de Huntington
  • Enfermedad de Pick
  • Parálisis supranuclear progresiva
  • Infecciones que pueden afectar el cerebro, como el HIV/AIDS y enfermedad de Lyme

La demencia generalmente ocurre en la edad avanzada, es poco común en personas menores de 60 años y el riesgo de padecerla se incrementa a medida que una persona envejece.

CÓMO RECONOCER LOS SÍNTOMAS DE LA DEMENCIA
  • 1. Analice las pérdidas de memoria recientes
  • 2. Preste atención en la dificultad para realizar tareas que solían realizar con facilidad
  • 3. Note problemas al hacer uso del lenguaje
  • 4. Tenga en cuenta desorientaciones espaciales y temporales
  • 5. Fíjese si hay cosas mal ubicadas en lugares que no tienen sentido
  • 6. Busque los problemas razonando y pensando abstractamente
  • 7. Note cambios en el humor o en la personalidad

Los síntomas de demencia abarcan dificultad con muchas áreas de la función mental: el lenguaje, la memoria, la percepción, el comportamiento emocional o la personalidad y las habilidades cognitivas (como el cálculo, pensamiento abstracto o la capacidad de discernimiento).

SÍNTOMAS DE LA DEMENCIA

Los primeros síntomas de demencia son leves y raras veces son asociados a una posible enfermedad. El paciente tiene ligeras alteraciones de la memoria, que se confunden con cansancio en muchas ocasiones, pero él puede no ser consciente de estos olvidos.

Posteriormente el paciente con demencia tiene dificultad para mantener sus relaciones sociales, olvida nombres, citas o conversaciones y repite varias veces la misma pregunta. El paciente está cada vez más desorientado, no cumple compromisos sencillos, y puede perderse al realizar recorridos habituales (demencia moderada).

Cada día olvida más sucesos y se muestra más indiferente hacia su entorno y la sociedad en general, empieza a necesitar ayuda para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria y tiene problemas graves con el lenguaje; además, presenta cambios bruscos en el humor y alteraciones emocionales. Por último, pierden todas las facultades mentales, no reconocen a los familiares, y son totalmente dependientes (demencia grave).

La mayoría de las personas con demencia severa pierden la noción de su propia identidad y del tiempo, tienen alucinaciones y delirios, y a veces su comportamiento es violento; no pueden realizar por sí mismos tareas habituales y sencillas, sus patrones de sueño se ven alterados, a menudo sufren incontinencia, pueden tener problemas para deglutir y es difícil comunicarse con ellos porque hablan de forma confusa, o no utilizan las palabras correctamente.

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS DE LA DEMENCIA

La demencia puede diagnosticarse con frecuencia con una historia clínica y un examen físico o chequeos médicos realizado por un médico o enfermera experimentados. Un médico elaborará una historia clínica, hará un examen físico o chequeos médicos (incluyendo un examen neurológico) y llevará a cabo algunos exámenes de la función mental llamados evaluación del estado mental.

El médico especialista puede solicitar exámenes para ayudar a determinar si otros problemas pudieran estar causando la demencia o empeorándola. Estas afecciones abarcan:

  • Enfermedad tiroidea
  • Deficiencia vitamínica
  • Tumor cerebral
  • Intoxicación por medicamentos
  • Infección crónica
  • Anemia
  • Depresión severa
Se pueden llevar a cabo los siguientes exámenes y procedimientos:
  • Nivel de B12
  • Química sanguínea (Chem 20)
  • Gasometría arterial
  • Análisis del LCR (líquido cefalorraquídeo)
  • Examen toxicológico
  • Electroencefalograma
  • Examen de glucosa
  • Tomografía computarizada de la cabeza
  • Pruebas de función hepática
  • Examen del estado mental
  • Resonancia magnética de la cabeza
  • Calcio y electrolitos séricos
  • Pruebas de la función tiroidea
  • Análisis de orina
EL TRATAMIENTO DE LA DEMENCIA

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas de demencia y depende de la afección específica causante de esta enfermedad. Algunas personas pueden requerir hospitalización por un corto tiempo.

Existe evidencia cada vez mayor de que algunos tipos de ejercicios mentales pueden ayudar a la demencia.

El tratamiento de afecciones que pueden llevar a la confusión a menudo puede mejorar enormemente el funcionamiento mental. Tales afecciones abarcan:

  • Anemia
  • Disminución de oxígeno (hipoxia)
  • Depresión
  • Insuficiencia cardíaca
  • Infecciones
  • Trastornos nutricionales
  • Trastornos de la tiroides
  • Pueden requerirse medicamentos para controlar problemas de comportamiento, causados por la pérdida de la capacidad de discernimiento, aumento de la impulsividad y confusión

Usted puede reducir el riesgo de demencia vascular, que es causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares, dejando de fumar y controlando la presión arterial y la diabetes. El hecho de consumir una alimentación baja en grasa y hacer ejercicio de manera regular también pueden reducir el riesgo de demencia vascular.